El pasado día 15 de abril, Viernes de Dolores, pudimos vivir una vez más el emotivo paso del traslado de mi querida Hermandad de la Estrella por la calle de nuestro Taller de Bordados. A la llegada de la comitiva, nuestras puertas se encontraban abiertas de par en par, mostrando al igual que el pasado año a Nuestra Señora del Refugio, imagen que tallara nuestro buen amigo Raúl Trillo y que causó muy buen impresión a cuantos se acercaron a contemplarla.
Desde un balcón situado sobre el local, una saetera entonó una bella oración a Nuestra Madre de la Estrella, arrojándose posteriormente una petalada y "bailándose" el trono de traslado a los sones de una alegre marcha. Un año más, se me concedió el honor de dar los toques de campana del trono de nuestros Sagrados Titulares, gesto que agradezco enormemente por el amor y devoción que profeso a tan insignes efigies.
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